martes, 25 de marzo de 2014
DEBE SER MUY HERMOSO CONSEGUIR A LA PRINCESA
Me es imposible vivir de manera que mi oposición a la existencia conviva en hermosa y serena unión armónica con ella. Y, sin embargo, me estoy diciendo constantemente que debe ser muy hermoso conseguir a la princesa; todo caballero de la renunciación que no piense lo mismo es sólo un farsante que nunca ha cobijado en sí el deseo ni ha conservado la frescura del deseo en su dolor. Quizá crea -por resultarle más cómodo- que el deseo está ya muerto, que la punta del dardo del dolor está embotada, pero lo cierto es que no es un caballero. Un alma magnánima que descubriese tales sentimientos dentro de sí, se despreciaría a sí misma y volvería a comenzar desde el principio; lo que nunca consentiría es el continuar engañándose a sí misma. Y, sin embargo, debe ser muy hermoso conseguir a la princesa, vivir con ella alegre y feliz día tras día (pues también podemos imaginar que el caballero de la resignación consigue a la princesa, aun después de que su espíritu ha descubierto la imposibilidad de que puedan seguir siendo felices juntos en el futuro), vivir así, alegre y feliz, instante tras instante, siempre en virtud del absurdo; ver constantemente pender la espada sobre la cabeza de la persona amada, y sin embargo no encontrar reposo en el dolor de la resignación sino gozo en virtud del absurdo.
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