viernes, 28 de marzo de 2014

EL SILENCIO

Pese a la severidad con que la ética reclama la manifestación, no se puede negar, sin embargo, que el secreto y el silencio puedan conferir a un hombre auténtica grandeza, en la medida que son signos de la interioridad. Cuando Amor se separa de Psique le dice "si guardas silencio, alumbrarás un niño-dios, pero sólo un ser humano si traicionas el secreto." El héroe trágico, favorito de la ética, es un hombre puro, y yo soy capaz de comprenderle: todo cuanto hace pertenece a la dimensión de lo manifiesto. Si trato de ir más allá, me topo siempre con la paradoja, es decir, con lo divino y lo demoníaco, porque ambos son silencio. El silencio es el hechizo del demonio, y cuanto más se calla tanto más peligroso es el demonio, pero el silencio es también la conciencia del encuentro del Particular con la divinidad.

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