martes, 22 de julio de 2014

CASA EDITORIAL

Después de cerrar los clubes puso todas sus energías en la casa editorial, que tenía desde hacía tiempo, pero que había sido uno de sus negocios más desatendidos. Publicaba literatura traducida, especialmente en español, en ruso y en turco. Importaba libros permitidos a la Unión Soviética, traducía literatura rusa clandestina al inglés, al alemán y al francés. Así que era un contacto valioso, dado que podía ponerse en contacto con la comunidad disidente de la Unión Soviética y podría viajar con cierta libertad entre los dos países. Al principio sus responsables pensaban que podía ser un agente de la KGB, pero salió limpio de cada investigación. Lo vigilamos de cerca durante la época de sus problemas financieros; ese es el momento en el que pueden comprar a un agente. Pero siempre estaba limpio. Era muy popular entre la comunidad de residentes rusos en Londres.

No hay comentarios:

Publicar un comentario