"Para empezar se remontó a conceptos como la persona, la libertad y la dignidad, y recalcó la idea del ser humano como sujeto al que nadie tiene derecho a convertir en objeto.
-¿No te acuerdas de cómo te enfadabas de pequeño cuando mamá, por tu bien, te obligaba a hacer algo que no querías? ¿Tenía derecho s hacerlo, aunque fueras un niño? Es todo un problema. Un problema filosófico. Pero la filosofía no se preocupa de los niños. Los ha dejado en manos de la pedagogía, lo cual es un error. La filosofía se ha olvidado de los niños -añadió con una sonrisa-, y no sólo de vez en cuando, como me pasaba a mí con vosotros, sino para siempre.
-Pero...
-Pero en el caso de los adultos, desde luego, tengo muy claro que no hay justificación alguna para anteponer lo que un sujeto considera conveniente para otro a lo que éste considera conveniente para sí mismo.
-¿Incluso al precio de renunciar a la felicidad?
-No estamos hablando de la felicidad, sino de la dignidad y la libertad. Tú, de pequeño, ya conocías esa diferencia. El hecho de que mamá siempre acabara teniendo razón no te servía de consuelo.
Hoy en día me gusta recordar aquella conversación con mi padre. La había olvidado, hasta que, tras su muerte, empecé a hurgar en el desván de mi memoria en busca de los buenos momentos, vivencias y experiencias que había tenido con él. Cuando la encontré, la contemplé con sorpresa y gozo. En aquella época, la mezcla de abstracción y diáfana claridad de las palabras de mi padre me confundió al principio. Pero deduje que no debía hablar con el juez, es más, que no tenía derecho a hacerlo, y me sentí aliviado."
Anotación personal: Me preguntó si comeré o no comeré, si he hecho lo apropiado o metido la pata, si aguantaré o al final me cansaré de las largas caminatas, si soy culpable o inocente, si tengo esperanza de ver un futuro o el pasado ha cancelado todo, mientras tanto tengo que cumplir con dar clases a jóvenes y alentarlos para seguir, yo también fui alumno y recuerdo con admiración a mis maestros. Pero creo que si prosigo con mi vida, lo más importante es nunca claudicar, si poseo una deuda me será cobrada, si me merezco una felicitación desearía recibirla, si acaso me merezco silencio tendré que soportarlo, pero no soy un objeto y no provoco indiferencia, mi ingenio irá por conseguir la respuesta, creo que tal vez nunca la conseguiré pero yo extenderé la mano aunque está quedé extendida sin la correspondiente gratitud del ser que tal vez he lastimado o quizá se sonríe de mí sin pudor.
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