sábado, 23 de noviembre de 2013

ROMAN FASHION


A Reading of Bible:

"Being dressed in the height of Roman fashion."

"Being dressed in a like toga that was the height of Roman fashion."

sábado, 16 de noviembre de 2013

EL BUEN FIN

Muy apropiado en este carnavalesco fin de semana que se homologa al "Black Friday" pero que se efectúa en un país subdesarrollado con muchas carencias y pobreza, recuerdo los años maravillosos en donde gastaba con tarjetas de crédito para adquirir libros y films en el extranjero, principalmente en Estados Unidos, España, Francia, todavía recuerdo el libro recibido de Pantoute desde Quebec, y era mi alegría esperar los envíos o enojarme porque unos nunca llegaron a su destino. En fin, era un buen consumidor, pero cuando fui atacado por la enfermedad me quedé con deudas en las tarjetas de crédito que por fortuna fueron saldadas. Mas el motivo de este escrito es contar sobre mis impresiones al terminar una relectura de "El Lector" de Schlink. Quiero manifestar mi conclusión primera acerca de que toda vida está marcada por el pasado, irremediablemente se arrastran las culpas, pero aún siendo un criminal no se debe buscar la extinción de la propia vida, recuerdo que mi adorada maestra nos organizó para realizar debates, eran dos temas, yo recuerdo que eludí participar en uno de ellos, el tema prohibido para mi análisis era la pena de muerte. Creo que para ella fue una sorpresa mi negativa, pero me resistí a defender o condenar a quienes sería aplicada la pena capital, no me pareció correcto tocar el tema de considerar si es justo quitarle la vida a otro ser. Recomiendo leer la novela "Demonios" de Dostoievski para aquellos seres atormentados que buscan quitarse la vida por creerse superiores a Dios, o porque no es posible huir ante la profunda desesperación. Considerar el fin de Hanna con un suicidio me parece romántico, quiero imaginar que se quita la vida por la falta de esperanza en lo que puede seguir haciendo con su vida, ella se rinde a que ya no posee belleza, a que no quiere ser una carga y a que ha perdido su principal entretenimiento, recibir las lecturas grabadas de su joven amante. Se le quita sabor a la vida cuando se ha perdido a la musa o al hada, que el mundo se vuelve sucio o ruin, se ha perdido esa luz que alumbra en los momentos más oscuros. Ella se mantenía con placer en la escucha de las lecturas porque esa es la función humana de la Literatura, recrearnos con una ficción otras vidas o pensamientos que nunca soñamos haber vivido. Hay una protección para no caer en los abismos, sea el crimen que se haya cometido, sea imperdonable lo sucedido, el ser humano puede asimilar lo que otros han desarrollado con su fantasía, y esa es la identificación que los salva de ser considerados como monstruos. Sí, existe una lucha de Hanna por comprender las atrocidades del nazismo, y como colofón autocondenarse e inmolarse como un buen fin. Pero cuántos no han cometido ilícitos y siguen perpetrándolos, gozan de 'buena conciencia' y los conduce la 'mala fe'. No me considero un ángel, he cometido muchas faltas, he vuelto a incurrir en errores, pero no soy el Marqués de Sade que lo justifica en una filosofía, simplemente creo que existe el Derecho, y si acaso he faltado a la Ley, ésta se debe aplicar si existe la acusación correspondiente, ningún criminal o ladrón va por las buenas para que lo esposen y lo metan en prisión, creo que si están seguros de su acusación los afectados deben presentar la denuncia correspondiente y la Ley actuará en consecuencia. Hanna es acusada por ocultar su analfabetismo, y el Derecho puede cometer fallas en su veredicto final, y condenar a un inocente porque el mecanismo de la Ley es severo, si no existen las pruebas para la absolución, el culpable no dejará de seguir siendo culpable hasta que se muestre lo contrario. Ahí es el punto donde Hanna se hunde, ella se considera culpable al absorber la culpabilidad de toda la maquinaria del nazismo, ella formó parte de ellos aunque lo que hacía era determinado por la obediencia a instrucciones precisas de un nefasto régimen. Me pregunto si acaso soy capaz de enmendar mis errores, creo que volver a la zona de peligro es casi aceptar que en un principio se fue culpable, pero tal vez no es así, y es mucho más terrible lo que se ha perdido que el delito cometido, quizá a veces se exagera en la pena que debe sufrir un criminal, quitarle a uno la esperanza de progresar es casi condenarlo a muerte, y sobre eso poco se dice, un ser humano con talentos es abatido por la desgracia, y levantarse no es fácil, es de titanes, por ello creo que dar señales de vida aunque sea a cuentagotas, estar siempre en actitud combativa por más desesperada que sea la situación es la posición de quién se encuentra condenado a vivir en la mediocridad, lo que no es fácil de aceptar, la conciencia se rebela y una vida sin dignidad deja de ser una vida para vivirse. Han pasado muchos eventos, pero estoy conforme de dar el verdadero valor a mis utensilios, he regalado libros a jóvenes y lo seguiré haciendo, hacer el equipaje más liviano, y sentirme a gusto que yo puedo motivar a generaciones posteriores a leer. Mi carga o culpa puede ser nimia, lo que me lleva a tomar mi vida como Bel Ami en el ambiente que yo desee con la mujer escogida, puesto que no estoy amarrado o inhabilitado para seguir tejiendo redes, creo que lo difícil serán los impulsos para acceder a tal o cual sitio, pero no me siento defraudado de lo hasta ahora conseguido, el buen fin llegará hasta que así lo indique un juicio, mientras tanto estando libre sólo queda dar saltos para mejorar la situación actual que no es halagüeña, tengo poco margen de maniobra todavía, pero sin remordimiento alguno.

domingo, 10 de noviembre de 2013

SEQUOIA

"Para empezar se remontó a conceptos como la persona, la libertad y la dignidad, y recalcó la idea del ser humano como sujeto al que nadie tiene derecho a convertir en objeto.

-¿No te acuerdas de cómo te enfadabas de pequeño cuando mamá, por tu bien, te obligaba a hacer algo que no querías? ¿Tenía derecho s hacerlo, aunque fueras un niño? Es todo un problema. Un problema filosófico. Pero la filosofía no se preocupa de los niños. Los ha dejado en manos de la pedagogía, lo cual es un error. La filosofía se ha olvidado de los niños -añadió con una sonrisa-, y no sólo de vez en cuando, como me pasaba a mí con vosotros, sino para siempre.

-Pero...

-Pero en el caso de los adultos, desde luego, tengo muy claro que no hay justificación alguna para anteponer lo que un sujeto considera conveniente para otro a lo que éste considera conveniente para sí mismo.

-¿Incluso al precio de renunciar a la felicidad?

-No estamos hablando de la felicidad, sino de la dignidad y la libertad. Tú, de pequeño, ya conocías esa diferencia. El hecho de que mamá siempre acabara teniendo razón no te servía de consuelo.

Hoy en día me gusta recordar aquella conversación con mi padre. La había olvidado, hasta que, tras su muerte, empecé a hurgar en el desván de mi memoria en busca de los buenos momentos, vivencias y experiencias que había tenido con él. Cuando la encontré, la contemplé con sorpresa y gozo. En aquella época, la mezcla de abstracción y diáfana claridad de las palabras de mi padre me confundió al principio. Pero deduje que no debía hablar con el juez, es más, que no tenía derecho a hacerlo, y me sentí aliviado."

Anotación personal: Me preguntó si comeré o no comeré, si he hecho lo apropiado o metido la pata, si aguantaré o al final me cansaré de las largas caminatas, si soy culpable o inocente, si tengo esperanza de ver un futuro o el pasado ha cancelado todo, mientras tanto tengo que cumplir con dar clases a jóvenes y alentarlos para seguir, yo también fui alumno y recuerdo con admiración a mis maestros. Pero creo que si prosigo con mi vida, lo más importante es nunca claudicar, si poseo una deuda me será cobrada, si me merezco una felicitación desearía recibirla, si acaso me merezco silencio tendré que soportarlo, pero no soy un objeto y no provoco indiferencia, mi ingenio irá por conseguir la respuesta, creo que tal vez nunca la conseguiré pero yo extenderé la mano aunque está quedé extendida sin la correspondiente gratitud del ser que tal vez he lastimado o quizá se sonríe de mí sin pudor.