Me parece, y es lo inquietante, que la sociedad es capaz de dejar de ver a una persona que se ha muerto recientemente porque no le interesa en sí la existencia de la persona sino la actuación relevante en el guión de la vida en tiempo presente. Si te has muerto o desapareciste de escena, que Dios te bendiga, porque ya nadie se acordará de ti, es como deshacerse de los equipajes del recuerdo porque hay mucho para pensar y alguien que se ha ido con sus aportaciones, sus dichos y sus actos, solo distrae de quienes siguen aportando, dicen, actúan. Lo miro desde el punto de vista de una sociedad donde la fiesta, la imagen, el glamour son la nota musical, no es posible desviar la mirada a quien se ha extraviado o caído en desgracia, es como inexistente y es decir, para la conciencia es mejor no buscarse malos pensamientos como serían la presencia de la muerte como posibilidad, otro sería arruinar el jardín si tienes un árbol sin hojas o flores marchitas, el jardín debe lucir bien porque solo así se puede presentar como una creación maravillosa donde uno puede disfrutar del panorama como en asistencia de un Paraíso Terrenal donde al ser humano goce de la belleza aunque alguien, el jardinero, tuvo que trabajar para que otros reposen, tal pareciera que Gardiner se vuelve como un Dios miope, que está contento de dejarnos ver que su Creación es bella y aceptable por el hecho de que es lo que ha logrado por el trabajo, cuando quienes se han esforzado han sido mucha gente para que gocen realmente pocos.
Pareciera que quien puede hablar del jardín, es quien ha estado a cargo del jardín, por ello si Dios es quien ha estado a cargo de mantener este mundo, veremos en Gardiner como un mesías que transmite exactamente cómo ve la situación de un jardín que con esmero gusta de cuidar. Bien, esta sociedad es atea, o solo finge ser religiosa, es de memoria corta aunque a veces se asuma de fanática, tiene ídolos de momento que encumbra, pero luego en el olvido derriba o sepulta. Para Gardiner es una experiencia científica tratar a la gente como para comprobar lo que han enseñado los programas de televisión, él tiene una visión de que la gente actúa por lo general como sus modelos televisivos, y le funciona seguir esas pautas de conducta que le dicen: "solo sigue el libreto" o "de acuerdo al manual", pero todos siguen para Gardiner como las líneas de un guión, él sería como el director de cine que enseña que es lo apropiado para la siguiente escena pero también puede ser el "extra" despistado que no se había dado cuenta que ya era hora de empezar a actuar, sino se darán cuenta que está fingiendo o que ha olvidado el parlamento, es decir que es un actor nervioso, inestable, sujeto a cometer errores, y por lo mismo será excluido de la actuación.
Quien no sabe actuar es marginado, y luego será olvidado, tal parece la desgracia para Gardiner que pronto será anunciada, porque no sabe corresponder al amor de EE, porque no sabe leer ni escribir, porque no respeta a los periódicos, porque toda su vida la vivió en un jardín, porque no existe en los registros o anales de nada, Gardiner es el ejemplo de ese orificio por donde se filtran las condiciones caóticas del mundo actual, quieren "luminarias" o "estrellas" de momento, es más fácil que la sociedad no tenga ídolos duraderos, por ello Gardiner es consumado como celebridad, es lo que necesitan algo fútil, algo momentáneo, que distraiga a la audiencia pero no tenga sustento, algo vacío que impresione al auditorio por una presencia disonante. Ponerse a dar clases de jardinería y creer que el mundo es como un jardín solo se le pudo ocurrir al omnipotente Dios. Es por ello que el auditorio gusta del discurso de Gardiner, está dando una pincelada natural al rudo mundo tecnologizado, pero eso no es todo, será objeto de ser la nueva promesa política porque no tiene antecedentes, pero también es alguien muy peligroso porque no se rige a ninguna actuación, nunca la ha tenido, podemos notar esta estúpida parodia de la vida humana, como solo "estando allí" (Being there) o proyectando "desde el jardín", donde nadie en realidad sabe qué hacer en este mundo y donde todos se acostumbran a un guión donde preferiblemente somos animales en movimiento y no plantas para ser podadas, pero mantener el estatismo de siendo un jardín en donde nada cambia, solo se crece, se envejece y se muere, parece la triste historia de una sociedad mal fincada desde la raíz y que no falta mucho sea juzgada por verse inundada de mala hierba que la devore.